Puede parecer extraño, o tal vez no, que reseñe Harry
Potter. Digo puede parecer porque no a todos les parece un libro digno de
reseñar. Yo hoy me confieso ante mis lectores. Soy una auténtica defensora de
Harry Potter.
Y soy defensora por varios motivos. El primero de todos es
que a mí me encanta divertirme os leyendo y, pese a mi edad, con el mundo de J.
K. Rowling, llevo años disfrutando.
Ha creado unos escenarios únicos en los que habitan magos, muggles,
animales y plantas fantásticos. Un mundo con comidas, bebidas y golosinas
diferentes a los nuestros. Con otras formas de comunicación, de organización y ¡hasta
de gobierno!
Defiendo un libro que aporta tanto al imaginario infantil. Y
en Howgarts hay mil aportaciones nuevas.
Defiendo también la saga porque, qué duda cabe, Harry Potter ha animado a leer
a millones de personas, como otros libros- me diréis, sí, pero sus textos no
contienen errores y están bien escritos, cosa que, queridos míos, no se puede
decir de todos los best seller.
Así que ahí estoy yo. Esperando todo septiembre al
lanzamiento de Harry Potter y el Legado
maldito… Y llegado el momento hago lo que hago siempre, divertirme con el
nuevo volumen.
Esta nueva aventura nos llega en forma de obra de teatro, (díganme
si no es un nuevo acierto introducir a los niños y adolescentes en el teatro),
y nos narra las aventuras de Albus Severus Potter en Howgarts. Y cuando oyes
que la aventura es del hijo de Harry y de su ingreso en el mundo mágico no te
esperas, por lo menos yo no me lo esperaba, que la obra reúna de nuevo a todos
los protagonistas de las anteriores entregas y recuerde con nostalgia hechos
que anteriormente habías leído y disfrutado.
Draco, Hermione, Ron, Ginny y por supuesto Harry harán las
delicias de los más jóvenes haciéndolos viajar a través del tiempo y regresando
a diferentes escenarios de los libros anteriores. Añade la novela nuevos personajes,
los hijos de nuestros magos preferidos y no tan preferidos, y alguna criatura
mágica que no conocíamos, porque no todo va a ser vivir del pasado.
Pasado, presente y futuro se unen en una única obra de
teatro que resuelve con originalidad la difícil tarea de recomenzar algo que ya
estaba terminado.
Sé que yo amo a Harry Potter, sé que mucho pensarán que no
soy objetiva, seguramente no lo sea, pero también sé que debemos leer más y que
los alumnos de Howgarts nos hacen a nosotros, simples muggles, “devorar” sus
libros. Y eso, (siempre, siempre, siempre) es bueno, pero si lo hace un niño,
aún es mejor.
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