Hoy abandono mi zona de confort literario para acercar a este pequeño gran rincón de lectura una novela juvenil. Y digo juvenil por etiquetarla, que ahora se estila mucho eso, porque esta lectora se lo ha pasado en grande leyendo el libro.
El librito, o librazo según se mire, se titula “La mansión del acantilado” del autor primerizo Diego Gutiérrez. Siempre me sorprenden las óperas primas escritas con tanta destreza, señal inequívoca de que el escritor es, ante todo, un gran lector. Pero no me enrollo más que estáis deseando saber el porqué de esta recomendación.
"La mansión del acantilado" es un libro de
aventuras a la antigua usanza que nos narra las peripecias de Hugo Norwood, (buenas noticias, amigos, me da la sensación de que el pequeño Norwood ha
llegado para quedarse), obligado a pasar un verano en una mansión que dista mucho de
ser su lugar ideal para unas vacaciones. Lo que no se espera es que ese va a ser el verano de su vida, lleno de aventuras junto a Jeff y la intrépida Sarah.
Diego Gutiérrez nos lleva de lleno a
nuestra infancia, aquella de libro con el culo en el suelo y la espalda en la
pared en la que devorábamos a “Los cinco”, “Los Hollister” o mi preferida, “Los tres investigadores”. ¿Recordáis esa sensación? Os hablo de sentirte de lleno
dentro del libro, creer que eres Hugo o Sarah y que avanzas tras la pista del
pirata, porque sí, queridos, en esta novela también hay piratas. No le faltan ingredientes a la obra para disfrutar de nuevo de esa lectura adolescente que nos hizo los lectores
que somos hoy. Seguimos junto a los protagonistas cada camino lleno de peligro,
dudamos del siguiente paso, resolvemos, o lo intentamos, las pistas que el autor
nos deja.
Por no faltarle ingredientes a la
narración no le falta ni un toquecito de humor que hace que leas con una
sonrisa en la cara.
La lectura es ágil, fácil, entretenida, porque Gutiérrez sabe que su publico objetivo es adolescente y hasta infantil. Y no por ello deja de ser culta. Esta novela esta llena de referencias literarias, sobre todo a “Robinson Crusoe” de Daniel Defoe. El lector disfruta, sí, pero también aprende. No hablamos aquí de novelas con dibujitos que poco aportan. Hablamos de leer una aventura con miguitas de literatura dejadas por el autor con astucia, para obligarte a descubrir nuevas lecturas. ¿A quién no le encanta eso?
Os diré una cosa: Si fuese profesora del último ciclo de primaria o del primer ciclo de la ESO, elegiría “La mansión del acantilado” como lectura escolar. Si fuese una madre que intenta que sus hijos lean, elegiría “La mansión del acantilado” como lectura escolar, porque si me ha gustado a mí, que llevo desde los 80 sin recurrir a estas lecturas, cómo no le va a gustar a un niño de diez, doce o catorce años que sueña cada día con mundo que aparece en sus pantallas. Invitémosles a que naveguen en las rutas piratas de papel y tinta, y quién sabe si gracias a Diego Gutiérrez disfrutemos de nuevos lectores que, dentro de unos añitos, recuerden con nostalgia estas lecturas de las misma forma que nosotros recordamos la isla de Kirrin.
Y no digo más. Solo espero que estéis ya
buscando esta novela publicada, como siempre en esta editorial de manera
impecable, por Los libros del gato
negro.
(Gracias Diego, por dejarme disfrutar de esta aventura)
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