¿Qué pensarías si empiezas a leer una novela y de repente sientes que es una película?¿Cómo quitar esa sensación de tu mente? Estoy leyendo Woods Lane y me topo con una forma peculiar de describir las escenas, una descripción lenta y precisa, que avanza con la trama, también lenta, también precisa, y casi imagino al director avanzando tras los protagonistas, con su cámara al hombro y siguiendo a Jimmy, ese personaje grandote, con 40 años y un retraso mental que le hace ser niño, cuando huye del lugar del crimen.

Largas escenas en blanco y negro. Eso es para mí este libro. 
Conforme avanzo la lectura casi olvido que existe una trama con una serie de asesinatos. Casi lo olvido porque David Verdejo, que bien lo has hecho, querido David, hace un thriller narrativo, es decir, crea una obra que está más cerca de la narrativa que de la negra, y eso es curioso, muy curioso y a su vez es bonito.  Casi lo olvido porque David, en un nuevo acierto, centra toda la fuerza de la novela en Jimmy, y yo quiero a Jimmy, como Karen, la teniente encargada del caso. Karen y yo queremos a Jimmy porque sabemos que algo pasa en ese eterno niño. Algo mal y él no es el culpable.

Dos narraciones diferentes confluyen en sus páginas: por un lado la  prosa que escapa de cabeza de Jimmy, su pensamiento, su extraño razonamiento, su imposibilidad de ver la salida a su laberinto mental; por otro, un narrador que nos cuenta la rara historia que sucedió en WOODS LANE. Una historia, la de mente de Jimmy,  nos hace replantearnos nuestra forma de actuar ante ciertas discapacidades, nuestra visión drástica del bien y el mal. La otra historia, la que nos guía a través del argumento propiamente dicho, nos hace ver que se pueden escribir novelas que no encajen en ningún género, y, al mismo tiempo, encajen en todos.

Acabé el libro y empecé de nuevo, esta vez para fijarme en la técnica narrativa y tratar de descubrir cuál es el secreto de esta novela corta editada por Chiado Ediciones.
Vamos a viajar hasta Woodslane, vamos a descubrir que la novela negra no es dar dos tiros o encontrar a un asesino... La novela negra deber tener algo más y David Verdejo lo sabe.


Solo me queda recomendar leerla, y esperar, tal vez, la serie.

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