Concurso Zenda Rita Piedrafita


TRES

I

Ahí estáis los dos, de pie frente a mi lápida…
Tú con la mirada de quien ha querido toda la vida.
Tú expresando con tus ojos que te faltó vida para quererme.

Ahí estamos los tres, reunidos frente a mi lápida.
Yo, que os quise a los dos.
A los dos os quise, sí. A cada uno de una forma diferente.
A ti, que pasaste media vida a mi lado, siempre atento a mis caprichos, te quise de una manera práctica, sosegada, lenta. Sabía que no podía dejarte escapar. Necesitaba ser feliz y tú sabías cómo conseguirlo.

A ti, de quien la vida me alejó demasiado pronto sin preguntarme, te quise con toda mi alma. Mi amor hacia ti nacía en mis entrañas. Mis vísceras te sentían. Mi sangre se descontrolaba, se desbocaba ante tu presencia. Nunca sentí tanto amor por nadie. Nunca.

Pero la vida, ¡Ay, La vida! Qué imprevisible es...
La vida me separó definitivamente de vosotros. Mis dos amores. Amor pasional, amor real.
Y ahora…
Ahí estáis los dos, de pie frente a mi lápida…

Ojos llorosos. Crisantemos blancos.
Yo que tanto os quise y ahora apenas veis mi nombre labrado en esa piedra.

Pero la vida, ¡Ay, la vida! Qué irónica es que os hace regresar, cada 14 de febrero, con flores en las manos. A ti, que me amaste siempre. A ti, que te faltó tiempo junto a mí. Qué irónica y qué puta es la vida.
Os veo ahí, de pie frente a mi lápida. Padre e hijo. Crisantemos blancos y ojos llorosos que intentan leer la horrible inscripción que escupe mi tumba:
Julia Azagra
14 de febrero de 2014 

II
(Un relato de David Verdejo) 

III
(Un relato de Ignacio Hernández-Ranera)