*Ciudad Real es un escenario habitual de tus novelas.
Una se espera más cualquier ciudad grande, sobre todo si es americana… ¿Hay que
empezar a huir del tópico típico de los
escenarios de novela negra?
El escenario siempre es importante, un personaje más, a
veces, el auténtico personaje, pero el crimen y el delito no son patrimonio
exclusivo de las grandes ciudades, muy al contrario, los crímenes más
llamativos de este país no siempre han sucedido en grandes ciudades si no en entornos
más rurales. Grandísimos autores como Mankell eligieron poblaciones pequeñas y como no, en España uno
de los pioneros, al que me siento muy
cercano, el gran Francisco García Pavón.
*Tres novelas
publicadas pero sigues ejerciendo de psicólogo. ¿Es tu sueño vivir de tus
libros o jamás abandonarías tu profesión?
Lo de vivir de la escritura no es un sueño, es una utopía.
En general, disfruto bastante de mi trabajo y cuando lo puedo compaginar es
ideal. Son pocos los que viven de la escritura, conforme está ahora mismo el
mundo editorial es francamente difícil, conformarse con no perder dinero ya es
una opción. A mí me invitan de vez en cuando a festivales, aprovecho las
presentaciones del libro y los encuentros literarios para viajar, conoces gente
que merece la pena, todo esto y otras pequeñas satisfacciones que te dan los
lectores también son verdaderas recompensas.
*Leo por la red que
en la actualidad eres el de la Asociación Novelpol (Amigos de la Literatura
Policial). Lo tuyo es amor puro al género negro. ¿Cómo nace esta afición?
Igual algún día hacen un estudio genético y se demuestra que
esto nos viene por algún cromosoma negro. Siempre me ha atraído este género,
primero como lector, la intriga, el generar hipótesis de resolución mientras
lees, la afición de mi padre por el género, probablemente todo influyó. Como
autor, el desafío de crear una historia para los lectores más observadores y
analíticos de todos los géneros también era un objetivo muy motivador.
*Vamos a centrarnos
en el Ataque Marshall, tu última novela, que es la que me ha llevado a
realizarte esta entrevista… Está publicada con una pequeña editorial.
Distribución, visibilidad, corrección del manuscrito… ¿Es un camino difícil el
que queda por recorrer tras la publicación de tu novela?
Digamos que esta ha sido una gestación de seis años, dónde
documentación, corrección y revisiones varias, así como editoriales y concursos
literarios, han ocupado gran parte del tiempo. Ahora tras el parto y el bautizo,
siempre queda el intentar llegar a todo el mundo desde la humildad de una pequeña
editorial y un autor con un bagaje también modesto. Camino difícil, pero a mí
me gusta correr y no me asustan las largas distancias. Una auténtica maratón
que agota pero sabes que al llegar a meta estarás satisfecho.
*Tu novela comienza
con un accidente aéreo, pero esa trama se va desenredando muy poco a poco. Tus
personajes toman forma antes que la propia trama, cosa que a mí me encanta. ¿Qué
es más importante, unos personajes con fuerza o una trama potente?
Entiendo que las dos cosas, yo al menos no le doy prioridad
a ninguna. Me gusta trabajar el perfil de los personajes, igual es por
deformación profesional o lectora, pero la riqueza que aporta esa profundidad,
enriquece, sin duda, el texto. En El ataque Marshall, los personajes
principales tienen detalles en su comportamiento que solo se entienden si hay
coherencia entre lo que les pasa, lo que dicen y lo que arrastran. Si esto está
hilado, al lector le facilitas el esfuerzo dándole sensatez y verosimilitud a
la lectura.
*Ese avión deja en
España a un oscuro (y protegido) personaje relacionado con el nazismo. La
crítica a la actuación española en ese encubrimiento la dejas clara. ¿Olvidamos
parte de nuestro pasado por interés?
. Sólo la conciencia de cada uno sabe las motivaciones que
podemos esconder. En cuanto a los nazis, creo que fue el general Eisenhower
cuando entró en Mauthausen que pidió a todos los fotógrafos que no dejaran un
rincón sin fotografiar porque estaba seguro que en un futuro habría algún
idiota que negaría el holocausto. Y ahí estamos, hablando de un tipo que en los
ochenta negó el holocausto pocos años antes de morir enriquecido en la costa
del sol. En medio de oscuros trapicheos se ven envueltos dos paisanos míos que
lo único que pretendían eran alejarse del tedio de una pequeña ciudad de
provincias y buscarse la vida en una de esas grandes ciudades tan prometedora
como atractiva.
*Tiene el libro
corrupción en estado puro, desde las palizas porque sí en sótanos de comisaría
hasta tráfico de obras de arte… ¿Debe la novela negra centrarse más en
denunciar que en entretener sin más?
No, para eso está el periodismo de investigación. La novela,
si además de enseñarse la porquería que se esconde debajo del felpudo te
entretiene, en definitiva, habrá cumplido con su objetivo. Al menos la novela
negra que desde el principio de los tiempos ha unido estos dos conceptos. Ese
hard boiled en formato pulp que empezó a venderse en los quioscos durante los
“felices” años veinte. Han pasado muchos años, sin duda, pero el espíritu
social de esas novelas, al menos a mí, me gusta encontrarlo en las novelas que
leo o que intento escribir.
*Tu libro me llega
por recomendación de Benito Olmo, autor de “La maniobra de la tortuga”. Es
importante el apoyo entre escritores, de eso estoy segura, pero: ¿Es habitual
ese apoyo o hay más trabas que manos dispuestas a ayudar?
Igual suena a tópico, pero yo me he encontrado más gente que
apoya y anima, que los que te meten palos en las ruedas. Además, Benito no sólo
es un grandísimo autor si no un tipo estupendo. Él también sabe lo que es
trabajar duro desde abajo, lo que le engrandece muchísimo más. El ego de los
autores, existe y a veces se desboca, no se puede negar, pero en este mundo tan
negro no predomina especialmente la puñalada por la espalda.
*Martin Sagaseta, un
inspector extraño al que el lector acaba entendiendo. ¿Disfrutaremos de otras
aventuras del mismo o no eres escritor de sagas?
Mis dos primera novelas “Réquiem por la bailarina de una
caja de música” y “Orden de busca y captura para un ángel de la guarda” (otro
día si quieres hablamos de mi fijación por títulos largos) son del mismo
protagonista y la tercera de la saga está entregada al editor. Pero te cuento
una cosa curiosa, cuando terminé de escribir la primera no tenía intención
alguna de hacer una segunda hasta que en la presentación del libro, la primera
pregunta del público fue ¿Y para cuándo la continuación de esta novela? Hasta
ese momento no me lo había planteado y era cierto, tenía los personajes, tenía
el contexto creado, podía resultar hasta fácil. No lo fue en absoluto, sobre mí
tenía la espada de Damocles, si la historia no estaba a la altura, no estaba
dispuesto a quemarla y desvirtuar todo el trabajo anterior. Finalmente salió y
ya digo, entregada la tercera, pero si en algún momento siendo que estoy
bajando el listón no dudaré en dejarlo.
En cuanto a Martín Sagaseta aún no me ha surgido la idea de
darle continuación, al menos no tengo nada escrito ni pensado.
*Y de repente nos
encontramos con titulares como este:
"El ataque Marshall", finalista del Premio Ciudad de Santa Cruz
junto a autores como Lorenzo Silva, Benito Olmo y Eva García Sáenz de Urturi.
¿Qué se siente al conocer la noticia?
Se sienten ganas de llorar y de reír a la vez, de
agradecerle a todo el mundo su apoyo y un montón de cosas más, incluso
satisfacción y responsabilidad. Esta novela tiene una intrahistoria de sangre,
sudor y lágrimas que verla ahí, al lado de grandes novelas y escritores ya es
un auténtico premio para cualquiera.
*Me despido con una pregunta que me encanta hacer: ¿Qué libro recomendarías a todos lo que no leen? Afina, son muy buenos lectores ;)
Hay tantas que no tendría tiempo ni memoria para comentarlas
todas, pero os puedo decir una de las mejores que he leído últimamente,
auténtica, con ritmo en la trama y personajes que enamoran, “La maniobra de la tortuga” de Benito Olmo.
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