Una vez me cautivó su voz, me cautivó su verso. Y ahora,
tras dar mil vueltas a sus poemarios, aquí estoy. Aquí me encuentro hablando de
sus versos y sus rimas. Hablando de poesía.
No sabía bien cómo enfrentarme a escribir sobre este poemario
y he decidido dejar hablar a sus poemas… Porque Javier, el poeta, me ha
enseñado que la poesía es vida, es sexo, es cotidianeidad, es despecho, es
amor, es el cuerpo de una mujer o una migraña.
Dejemos hablar a la poesía. A su poesía. Porque el poeta
sabe lo que hace.
Entre tu espalda y mi pared es un poemario editado por
Renacimiento en una edición limitada, sí, lo sé, tengo uno y firmado. Soy una
chica con suerte. Siempre os lo digo.
Y dentro de este poemario nos encontramos, como os decía antes, con amor
“Del pasado recuerdo lo mucho que me importas Del futuro no tengo buena memoria”
De redes insociales (he amado este poema)
“Te oyen pero no te ven
Te miran pero no te escuchan
Te siguen pero no te leen”
O dolores de cabeza
“Me duele mi cabeza por fuera
Y la tuya por dentro”
Y, sobre todo, de deseo:
“Que te has ido de mi porque he querido. Ahora que me arrepiento
De no haberte sabido retener”
Y podría seguir así, copiando versos. Plagiando a Javier que
ha escrito lo que yo quise escribir y no supe. Porque leo cada una de sus
palabras viendo un breve reflejo de mí en la rima. Voy a confesar, creo que Javier
ha jugado conmigo mientras me mostraba una técnica narrativa llena de ironía. Desde
una breve nota hasta un poema, cualquier métrica es válida para hacerme sentir
que habla conmigo… Que fui yo la mujer que dejó escapar, la que recibe sus
mensajes mientras él sueña o aquella con quien comparte un amor invisible.
Javier Ruiz Taboada
es poeta y yo no lo sabía.
(Gracias Javier por llamar a mi puerta)
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