entre culebras y extraños de Celso Castro.
Os sorprenderá. He comenzado el texto con una falta de ortografía,
o al menos eso es lo que parece. Las apariencias engañan y no, no es una falta.
El libro que os recomiendo hoy se titula “entre culebras y extraños” con
minúscula, y según su portada está escrito por celso castro, también con
minúscula. Solo por esto ya merece la pena leer el libro. Porque sorprende en
su primera página… Cuántos escritores empiezan de manera anodina sus libros…
¿Cuántos? Muchos. Demasiados.
Cada uno tiene su forma de escribir y la de Celso Castro,
para mí, es brutal.
Entre culebras y extraños narra en primera persona las
primeras experiencias de un adolescente de salud delicada con el amor y la
muerte. Hechos que pueden resultar triviales y hasta noños en otros autores,
recordemos todos con ternura ahora nuestro primer amor, en Celso resultan
demoledores. Y es que la novela es un
monólogo sobre el (duro) aprendizaje en la adolescencia. Es el chico joven,
inadaptado por su enfermedad y tal vez por su inteligencia, quien te cuenta
como se sintió al enfrentarse al amor fallido de Sofía o a la muerte de su
padre. Y te lo cuenta sabiendo que tú, lector, no puedes contestarle, pero con
constantes llamadas de atención. Escucha lo que tengo que decir, parece
gritarte.
Y así, de manera casi radical y obligada te mete el (buen)
escritor en la historia de un narrador sin nombre y Sofía, que ocultan
levemente la “otra historia del libro”; la de las relaciones del protagonista
con su padre, con su sobreprotectora madre,
y su alocada hermana, Vera.
La ausencia de mayúsculas y de puntos y aparte (todo está
dentro, nada es “aparte”) acaba pareciendo necesaria en una narración que te
obliga a escuchar al narrador con los ojos muy abiertos y las entrañas
revueltas.
Estoy segura que es un libro que no a todos gustará, pero si
eres de los que buscan algo más en la literatura, este es tu libro.
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