Exit, la amoralidad se basa en hechos reales

 

Exit es amoral y burra. No creo que haya nada que defina mejor esta miniserie noruega.

Amoral porque todo lo que cuenta rebasa con fuerza los límites establecidos de la moralidad. 

Burra porque no tiene tapujos a la hora de narrar. Adiós a los políticamente correcto. 

Sexo, putas, machismo, abusos, drogas… Todo tiene cabida en una serie que narra la vida de 4 hombres demasiado ricos. Sí, se puede ser demasiado rico.  

Empiezas la serie sabiendo de antemano que está basada en las entrevistas realizadas a un grupo de ricos noruegos, corredores de bolsa de éxito. Triunfadores. Y ese hecho, el de la realidad en que se basa, duele a los 10 minutos  del primer capítulo. 

Duelen sus casas, sus coches y, sobre todo, sus desmesurados vicios. Pero duele más, permítanme la reiteración, su visión de la vida, de las cosas, de las personas.

Para ellos, pobres hombres ricos, todo a su alrededor son objetos con los que jugar. Juegan a ser esposos, padres de familia y empresarios. La vida es un tablero en que ellos cambian las reglas que no les gustan. 

Solo encuentran la felicidad estando juntos los cuatro, y, ¿Qué hacen para ser felices? Drogas, alcohol y putas. Muchas drogas, mucho alcohol y muchas putas. 

Triunfadores aburridos que buscan una salida a sus rutina y la encuentran pisoteando uno por uno los límites de la decencia.

            Øystein Karlsen, director y coguionista, relata lo que cuatro hombres de negocios le contaron. Eso sí, lo hace sin dar ningún rodeo, directo al corazón de quien visiona la serie que siente, capitulo a capitulo, un dolor nauseabundo.

El resultado es una serie absolutamente salvaje que te arranca, y aún no consigo explicármelo, bastantes carcajadas mientras deja en ti un poso de desasosiego por lo que somos. 

Porque, pese a que huye de manera consciente de lo políticamente correcto, eso no lo voy a negar, al final refleja una sociedad que es, que somos. 

Refleja una imagen nada idílica de ser humano en la que somos seres pero hemos perdido toda la humanidad. Egoístas, engreídos y altaneros, estos cuatros poderosos se burlan de todos los que les rodean desde un pedestal en el que les han subido, la mayor parte de las veces, aquellos mismos que más tarde son foco de su despotismo.

La visión de la mujer, de sus empleados o de sus propios hijos te arrastra hacia un abismo del que quieres huir, por eso te tapas los ojos en demasiadas escenas. Y, aún así, te enganchas a EXIT como si fuese la misma droga que ellos consumen. 

Hombres intensamente ricos jugando a ser mucho más que dioses. Imponen las reglas. Marcan las pautas. Cada salvajada, y os aseguro que la primera es tan fuerte que te tiemblas al verla, es infinitamente menor que la vendrá. 

Y se te queda mal cuerpo. Sí. Muy mal cuerpo. Porque tras cada una de estas “travesuras” hay unas terribles consecuencias que parecen no ir con ellos. Tras el abuso no se atisba el mínimo arrepentimiento. Todo es soberbia. No hay dolor sino prepotencia. No hay malestar sino chulería. Todo tiene un precio y ellos tienen el dinero suficiente para pagarlo. 

Y esto que os cuento está basado en hecho reales. Tan reales que una se pregunta cuánta gente poderosa actuará así y se contesta, resignada, que muchos más de los que pensamos. 

Acabemos con esta lacra de la sociedad y hagamos como Karlsen: denunciar sin miedo cualquier tipo de abuso, y ahora no hablo solo de hombres ricos, para alejarnos de estos comportamientos que, desgraciadamente, se dan cada día a nuestro alrededor. 

—¿Por qué lo he hecho? 

—Porque te lo podías permitir. 

Luchemos para que nunca nadie, sea quien sea, se lo pueda permitir. 

 

(La serie está disponible en la plataforma Filmin y la componen 8 episodios de 35 minutos de duración)