Juego narrativo. Pocas veces título la reseña antes de escribirla, pero hoy sí. Es más, jamás reseño una novela antes de terminarla, pero hoy sí. Con dos tercios leídos, aquí estoy. Escribiendo sobre Membrana, ¿Por qué?, por dos motivos.
Uno es que quiero seguir disfrutándola, despacio, sin prisa. Y estaba corriendo por mi ansia de compartir con vosotros esta lectura. El otro, porque no me hace falta. Membrana es una maravilla desde el principio y estoy segura de que así llega al final.
Membrana es un juego. Pero no un juego infantil, no. Es un juego muy real. Donde el lenguaje, la ficción, la ciencia ficción y la realidad se turnan para acaparar la atención lectora. La nueva obra de Jorge Carrión, publicada por Galaxia Gutemberg, con un estilo tan arriesgado como absorbente te invita a ti, lector, a una visita a un museo sin presentes. Por las deudas y por las dudas. No hay más protagonista que tú, lectora o visitante o viceversa, que de forma original penetras en el juego literario que el autor impone y ya no quieres salir. Recorres las diferentes salas del museo del siglo XXI, inaugurado en el año 2100 y observas, entre líneas pero de manera clara, lo que fue y lo que será. Paseas junto a “ellas”, narradoras onmiscientes y creadoras del futuro más inminente. ¿Quién mejor que la araña para guiarte por su tela? Porque ellas, “nosotras”, hacedoras y cronistas al mismo tiempo, nosotras nos entendemos, tejen poco a poco una membrana en la que el humano pierde fuelle para dar paso a la inteligencia artificial. Y es ahí donde la realidad, la ficción y la ciencia ficción coinciden dando paso a un ensayo único. Único porque tiene mucho de verdad, pero también de invención.
¿Qué pasará cuando la IA domine, sola o en forma de híbrido, el mundo? Sin duda, la vida cambiará. Pero ¿acaso no ha cambiado desde la llegada de Siri? ¿Acaso no puede Siri evolucionar tal y como “ellas” nos lo cuentan? ¿Qué es realidad? ¿Qué es ficción? ¿Qué es ciencia ficción?
Hay algo tan real dentro de este ensayo fingido que permaneces atenta a la pantalla, pese a que tu lees el libro en físico. Porque descubres que el mundo es una membrana que se ha ido tejiendo y tú, lectora o visitante o viceversa, has evolucionado al compás que se te ha impuesto. Sin quejas. Con ritmo. Sin pausa. Con un Ben Grossman que intenta combatir la tecnología desde la tecnología y una Karla Spinoza que desprecia una literatura poco evolucionada y crea El Algoritmo como nuevo lenguaje. Y tu lector, lectora, visitante o viceversa, entras de lleno en la crónica de cien años de tecnología y quieres creer que no va a ser así, mientras comprendes que tal vez sí. Hubo obras anteriores que acertaron de pleno…
Este juego que no es tal, atrapa. Con un dominio del lenguaje y la reiteración por bandera hace, sobre todo, que des gracias porque la literatura, a veces, evoluciona hasta el punto de que algo tan radical te emocione y te haga sentir que tú, al contrario que Spinoza, amas la literatura por obras como Membrana. Jorge Carrión ganó el Premio de Novela Ciudad de Barbastro 2021, un año más, este premio no defrauda.
Creo que Membrana es un #libro extraordinario para disfrutar despacio. Muy despacio. Y por eso la reseño cuando me quedan 60 páginas para terminarla. Porque la #lectura, de vez en cuando, te regala momentos que no deberían terminar nunca.
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