No es habitual verme hablar de cómic y mira que en mi casa nos invaden los tebeos. Pero de vez en cuando, pese a no ser experta, lo aviso ya, conviene dar un pasito pa’lante y variar un poco el contenido bloguero. Renovarse o morir.
Por eso hoy os dejo una breve reseña de una novela gráfica que me ha fascinado tanto en el fondo como en la forma.

Nadie duda a día de hoy de que Drácula, la obra cumbre de Bram Stoker, es una novela indispensable dentro del género gótico. Muchos lectores sucumbimos ante la pericia del autor de combinar el terror con el erotismo sutil sin que sus letras chirríen. Seamos sinceros, quien lee Drácula se siente fascinado ante la obra.
Y luego vino Coppola, que adaptó, a su manera, eso es cierto, las palabras de Stoker al cine.




Por si los amantes de lo gótico no teníamos suficiente, reedita Norma Editorial el cómic de Mignola. Mike Mignola adapta con fidelidad la película de Coppola sin olvidarse del libro, respetando la fisionomía de los actores que dan vida a los personajes de Stoker, dotándoles de una fuerza extra a través de su dibujo. Trazo duro que unido a la maestría en el dominio del blanco y negro aporta fuerza a la narración recordando al lector el más puro cine impresionista con reminiscencias del cine de la Hammer, haciendo  disfrutar enormemente  a cualquier amante de la obra maestra de Bram Stoker, tanto por el contenido como por el formato elegido por la editorial.

Si eres de los que adoran Drácula desearás colocar este ejemplar en tu estantería.  Yo ya lo he hecho. ¿Te apuntas al cómic?