reseña Cara de pan última novela de sara mesa




Tenía pendiente leerla y, cuando lo he hecho, he acertado. Cara de Pan, la última novela de Sara Mesa, es una obra que con solo dos personajes y un escenario, un rincón de parque que el lector se imagina de 2 metros cuadrados, produce desasosiego e inquietud a quien lee. Y tiene mérito, lectores, que una obra basada en las escenas diarias de un  viejo y una niña  permanezcan en tu mente mucho después de cerrar el libro.
Tiene todo el mérito narrativo, me has enganchado, Sara, me has conmovido, me has convencido, y lo más importante, me has hecho dudar de mis propios pensamientos.
Porque yo misma he prejuzgado, justo eso que denuncias en tu libro, Sara, y he sufrido antes de tiempo.
Sara Mesa nos relata la realidad condensada en pocas páginas, sintetizando al máximo una trama que llega a doler. Como las grandes obras. Menos es más. Y Cara de pan es mucho más.
Narrada desde la sencillez es el lector quien debe profundizar. La autora lo pone fácil pincelando hechos, palabras, gestos, escenas…
En marzo, debemos leer y pensar Cara de Pan, de Sara Mesa.


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Si me había gustado su último libro, qué me impedía leer uno anterior. Exacto, has acertado. Nada me lo impedía. Así que, gracias a mi biblioteca salvadora, dediqué mi tiempo lector de nuevo a Sara Mesa, y de nuevo Sara Mesa me convenció.
Cicatriz es la fascinante historia de Sonia y Knut. Dos personajes, nuevamente, y ausencia de escenario, nuevamente. Dos protagonistas que simbolizan el poder (Knut) y la sumisión (Sonia).
Lo primero que me sorprende es el pseudónimo adoptado por él en la red, Knut, como ese oso berlinés que se tornaba agresivo cuando el turista no le concedía la atención que reclamaba.
Y ese es Knut, un hombre que, aprovechándose del anonimato de la red y del delirio consumista en el que vivimos, acapara a Sonia hasta el punto de tornarse agresivo cuando está no le presta la atención que cree merecer.
El ser humano es un oso…
Deslumbra a Sonia, la colma de regalos que ella ni puede ni quiere usar. Y ella acepta. Se engancha a él. La nueva droga. El estupefaciente que le permite huir de su anodina vida.
Sara Mesa y su pericia para contarme la fragilidad humana. Menos es más. Otra vez, Sara.
Y todo ello en un entorno que la mayoría conocemos al dedillo. El entorno de la red, esa telaraña que te atrapa, en la que es muy fácil ser valiente, más listo, más guapo, más todo. Esa red en la que todo es manipulable.


No es necesario conocer la red para extraer todo el jugo de esta obra, pero si la conoces verás que Sara Mesa nos muestra una realidad que no siempre queremos ver. Y quizá por eso debemos leer autoras como Sara Mesa. Abre lo ojos, lector.