Reseña de acaso no matan a los caballos, libros


No es ¿Acaso no matan a los caballos? La mejor novela sobre la gran depresión americana, pero, si te enfrentas a su lectura “virgen” como yo lo he hecho, seguramente sea una de las que más te sorprenda.
No vamos a valorar esta obra dentro de su “entorno literario”. Sería injusto. Hay épocas que nos regalan los mejores libros, y esa crisis económica en América no iba a darnos poco. 

Recordemos un poco: Steinbeck, Faulkner, Scott Fitzgerald y hasta el mismísimo Hammett. Y entre los grandes un Horace McCoy que nos da una de las más inteligentes novelas negras que podremos leer.
McCoy escribe sobre la crisis de una forma original, haciéndonos danzar, “danzad danzad, malditos” con los pies de Robert y Gloria en una de las muchas maratones de baile que surgieron en la época en Estados Unidos. Bailaban durante meses día y noche, sin descansos de más de 15 minutos. Eran exhibidos. Pero al menos tenían comida asegurada e incluso una cama de la que apenas disfrutaban. El autor invade la pista de baile cutre y descuidada para crear un personaje, él, el masculino, Robert, que se enfrenta de una forma peculiar a su crisis.
Robert parece débil sin serlo. Transmite la sensación de que vivir es dejarse llevar. Robert, que en la primera página de esta peculiar novela está siendo juzgado por asesinato. Algo no cuadra. ¿O sí?

Foto real de las maratones de baile organizadas durante la gran depresión de EEUU




Os dije que era una de las novelas negras más inteligentes que había leído. Estas palabras me hacen pensar en voz alta: tal vez ahora la novela negra ha dejado de ser inteligente. Quién sabe si hasta está dejando de ser novela negra.
Esa es la historia cruel y real que nos relata Horace McCoy en una novela negra que empieza con la lectura de la sentencia. Se juzga a Robert, el que creías pusilánime pero que comete un crimen. Capítulo a capítulo, entre la lectura de la sentencia y la pista cutre de baile, el  lector llora, sufre, se enfada, se indigna, y por supuesto, baila.
Probablemente ha sido su estructura, o su prosa hiriente, ni yo sé por qué he disfrutado este libro, pero sí sé por qué lo he guardado en la estantería de libros para prestar, por la originalidad de su trama.
O, ¿quién lo sabe?, me encantó por sus delirantes flashback y su crítica atroz, o simplemente me sedujo porque noté demasiado tarde que era una gran novela negra… Pocas veces un autor eligió tan bien un título para su obra. ¿Acaso no matan a los caballos?


Reseña de acaso no matan a los caballos
Fotograma Danzad, danzad malditos 


Y ahí me tienes, a la biblioteca a por el dvd. Danzad, danzad, malditos. Había oído mil veces hablar de una película que jamás vi. Cada cosa tiene su momento y la de este film había llegado. Sydney Pollack traslada a la gran pantalla la historia de Robert y Gloria en 1969. Es fiel, muy fiel a las letras de McCoy. Pero es difícil trasladar a imagen el orden establecido por el escritor. La estructura es parte fundamental de esta novela y el director o no puede o no sabe o no quiere mantenerla en la cinta. Sí muestra con acierto la desesperación de la gente. Ese “bailo porque tengo que comer”, esa forma encubierta de esclavitud a la que los concursantes son sometidos.
La mayor parte de las veces me pasa. Lo sé. Soy así. Básica. Pero esta vez tengo que decir que está mejor el libro. ¿Cómo el 90% de las veces?


Reseña de acaso no matan a los caballos
Foto real de las maratones de baile organizadas durante la gran depresión de EEUU