Esta entrevista estaba prevista para septiembre, pero algo me impulsa a adelantar su publicación. Pese a eso, no quiero cambiar la entrevista que tenía en mente. Me niego. Sería injusto para Oscar, así que haré mi entrevista, la que quiero hacer y luego añado, casi al terminar, unas preguntas sobre la injusticia que me lleva a adelantar esta publicación.Querido Óscar, comenzamos
*De pequeño me
enseñaron que hay muchas formas de vivir, y que todas ellas, por descabelladas
que puedan parecer, son válidas… Estas palabras presentan tu obra Memorias de
un ser menor, y no puede haber mejor presentación, ¿vive el escritor de forma
descabellada?
Antes de nada, gracias por la entrevista. Me hace especial
ilusión.
La vida es descabellada. Los escritores (me voy a incluir
como tal, a pesar del enorme respeto que le tengo al término) sólo tenemos la
extraña manía de trasladarla al papel. Somos demasiados (personas, no
escritores) como para que todos vivamos de la misma manera, con los mismos
objetivos e inquietudes. Y es en la diferencia donde hay un punto de locura, o
quizá una percepción de locura.
Lo que sí te compro, con los ojos cerrados, es que los
escritores son unos peculiares seres que sacan tiempo de donde no lo hay, para
dedicarse a una pasión solitaria y absorbente. Si eso no es vivir de forma
descabellada, ¿qué lo es?
*Autores Indies, que
se presentan cercanos a los lectores. Casi nos sentimos amigos. ¿Crees que la
literatura debería ser más cercana de lo que habitualmente es (o ha sido)?
Mientras no se demuestre lo contrario, somos personas (algo
he leído por ahí de máquinas que escribirán libros, pero juro que todavía no
soy una máquina). La literatura tiene mucho de humano, como cualquier
manifestación artística. Si se puede hablar con el autor, ¿por qué impedirlo?
No creo que le reste mérito, profesionalidad o calidad literaria. Lo que no se
debe hacer, desde mi punto de vista, es normalizar algo hasta el punto de
convertirlo casi en un axioma a seguir. Si el autor quiere ser sociable y
abierto, que lo sea. Si el autor es arisco y un inepto social, no tendría que
sentirse obligado a ser algo que no es para poder asomar la cabeza en el
mundillo, más que nada porque es una putada, y porque se acaba notando. Lo que
sí veo mucho (y perdona que me enrolle) es que hay una tendencia a consumir
personas antes que literatura. Quiero decir, es tan corriente el uso de redes
sociales, que muchas veces se conoce antes al autor que su propia obra. Se lee
un libro por empatía con el escritor. Uno quiere poder acercarse a esa persona
y lo hace a través de su obra. Lee su libro sabiendo cómo es el escritor, qué
le ha motivado a escribir, cuál es su día a día, qué come, qué bañador se pone
al ir a la playa y qué música escucha. Y eso lo hace aún más especial. Es otra
forma de ver la literatura, ni mejor ni peor, diferente.
*Y sin embargo, estás
en la red bajo seudónimo (Malleuus Hildeson)… Cuénteme el porqué
Porque ni en mis sueños más descabellados me veía publicando
dos libros. Todo comenzó con una cuenta de twitter, y ya se sabe que en
determinadas redes sociales el anonimato es una liberación (y un vicio). No
quieres que te pillen en tu trabajo; no quieres que te lean conocidos; no
quieres relacionarte con el mundo real. Sólo quieres una vía de escape de la
rutina que todos padecemos. Pero claro, el personaje evoluciona, crece y
fagocita a la persona. Y luego matarlo resulta sumamente difícil: muchos
conocen a Malleuus Hildeson, y muy pocos a Óscar Ortiz.
Ahora es cierto que lo veo diferente. Me da pena pensar que
lo que escribo se pueda atribuir a un seudónimo, prefiero que se quede en casa.
Supongo que será cuestión de ego de escritor, que seguro que lo tengo, aunque a
veces me cueste encontrarlo.
*Empiezo por tu nuevo
libro El Esqueleto del Unicornio Negro.
Rompo el orden. Una recopilación de textos, relatos, confesiones y reflexiones,
dices de este libro… Nuevamente relato corto. ¿Te sientes cómodo en ese
formato?
Pues es una condena que me toca sobrellevar, sí. El relato
corto, con diferencia, es lo más complicado de escribir bien, y yo soy mi peor
crítico. Empecé hace muchos años en un foro de escritores de la antigua Terra,
en un concurso que se llamaba El Tintero Virtual. Todas las semanas se reunía
un grupo de desconocidos, ocultos tras extraños nicks, y escribían relatos de
cuarenta líneas que después votaban y desmenuzaban en una especie de tertulia
literaria. Por aquel entonces era un juntaletras horrible, no sé cómo me
aguantaban. Supongo que por eso me salen de una forma tan natural los textos
cortos, si además me salieran bien ya sería la hostia.
Sin embargo, en este libro también incluyo relatos largos.
Los primeros con los que me atrevo. La escritura, para mí, es algo vivo. No
sólo consiste en sentarse y ponerse a crear, también tiene que suponer algún
tipo de reto. La única forma de evolucionar, de aprender, es intentando algo
nuevo. Y creo que este segundo libro tiene mucho de ello. Sí, es similar al
primero en ciertas cosas, pero también es diferente en otras.
*El relato corto es
difícil, y sin embargo, continúas en él. ¿Te planteas escribir novela, o
prefieres seguir reflexionando en tus escritos?

*Eres un autor
sincero que “flota” en un mar de mentiras de la promoción literaria. Autores
que venden como buenas las novelas de sus amigos, premio mal otorgados… ¿Es eso
lo que te impulsa a seguir en la auto publicación?
La verdad es que me metí en la autopublicación por
honestidad. Estuve dándole vueltas a buscar editorial, incluso llegué a mandar
el manuscrito del primer libro a un par de editoriales independientes (que
nunca me contestaron, afortunadamente), pero luego pensé que no era justo. Es
decir, la editorial emplea recursos en ti: tiempo, ilusión, trabajo, esfuerzo,
dinero. Y yo no estaba muy por la labor de recorrerme media España para
devolverles el compromiso. Por supuesto que lo hubiera hecho en caso de firmar,
pero valoro mucho los fines de semana con mi pequeña como para sacrificarlos
por un sueño. Así que me decidí por hacerlo yo todo, que nadie dependiera de mi
predisposición o de mi estado de ánimo para sacar adelante un proyecto.
Afortunadamente mi objetivo (al menos por ahora) no es triunfar en el panorama
literario, simplemente es escribir y que me siga leyendo el puñado de lectores
fieles que tengo y al que tanto les debo.
Y sí, es cierto que se ve mucho amiguismo. Es una pena
porque, en lugar de ayudar, acaba restándole credibilidad al autor. Mejor una
dura crítica sincera, que un comentario excesivamente bondadoso por amistad.
Mejor un lector que te rechace sabiendo lo que va a leer, que no uno que acabe
defraudado y engañado por fiarse de una reseña interesada. Un escritor puede
gustarte más o menos, pero no puedes decir que alguien es muy bueno si después
tiene el libro plagado de errores. Y ojo, que todos tenemos errores, pero
algunos son poco entendibles.
*El Esqueleto del
Unicornio Negro es una recopilación de reflexiones, que sigue la línea de
memorias de un ser menor. ¿Crees que eres, igual que yo, un ser menor?
¿Y quién no lo es? Creo que una concepción sana de uno mismo
pasa por un reconocimiento de nuestras propias limitaciones, de una vida de
continuo aprendizaje. Nunca dejamos de crecer, nunca dejamos de evolucionar,
nunca dejamos de ser menores. Y con esto no hablo de tener problemas de
autoestima o, al contrario, de llevar el ego como bandera de guerra cada vez
que se sale de casa. Todos tenemos nuestras virtudes y nuestras carencias,
todos somos seres menores.
*Memorias de un ser
menor, decía, es un libro de reflexiones que me recordó a mis lecturas de
Tagore. Ese texto breve y cuidado que invita a pensar, a recapacitar, a
plantearse el amor de otra forma. ¿Es real ese amor que nos narras?
Una de las cosas de las que más me acusan es la facilidad
(dicen) que tengo para transmitir sentimientos. Yo, la verdad, es que no lo
entiendo. Quiero decir, ¿no sentimos todos? El amor que narro es real. El
desamor que narro es real. La angustia, la felicidad, la esperanza, todo es
real porque todos lo hemos sentido en algún momento de nuestras vidas. Quizá el
problema radique en que la emotividad extrema es muy fácil de olvidar, y quizá
sea lo más conveniente para mantener un yo mentalmente sano. Sería muy
extenuante vivir enamorado cada minuto, ser siempre feliz o llorar cada segundo
del día. Todo lo que narro tiene una huella de realidad, y esta huella se
parece tanto a la tuya propia que te hace recordarla. Pero eso es lo bonito de
la literatura, no sólo mostrar y demostrar, también evocar. ¿No?
*Tus frases son
bonitas. Se subrayan. Se anotan. ¿A qué público lector diriges principalmente
tus palabras?
El otro día una lectora me mandó una foto de mi primer
libro, lo tenía lleno de esquinas dobladas marcando las partes que más le
gustaban. Era digno de ver, en serio. Personalmente no escribo para un público
en concreto, no creo que el concepto de público objetivo sea algo bueno en
literatura (y lo he leído en muchos sitios), suena demasiado mercantilista. Lo
que sí es cierto y comprensible es que exista una serie de personas que tengan
un paladar más afín a lo que escribo. No se puede gustar a todos, y menos mal.
Supongo que mucho de lo que hay en mis libros podría considerarse prosa poética,
aunque no sé hasta qué punto sería correcto definirla como tal. Me gusta jugar
con las palabras, que llamen la atención y expresen ideas por sí mismas. Puede
que no te guste la historia que lees, pero al menos que te llame la atención
una frase aquí y otra allá. Que no te deje indiferente.
*Son tan bonitas que
hasta te plagian, me temo. Has compartido estos días una autora Odetth Ortiz,
que copia palabra por palabras tus textos en un libro titulado “Mis
cicatrices”. ¿Cómo te sientes?
Es el capítulo más desagradable de mi etapa como escritor.
Es cierto que ni soy Cortazar ni Bukowski, pero lo que escribo me sale de
dentro, y que te lo roben duele. El día que lo encontré, casi por casualidad,
me fui a casa temblando de rabia. Ya no sólo por el plagio en sí, sino porque
la persona en cuestión se lo estaba apropiando como experiencias escritas
durante su proceso de superación de un cáncer. Y todo ello con el objetivo de
concienciar a gente que busca apoyo psicológico en momentos similares. ¿Qué
tipo de persona puede llegar a robarte algo íntimo y usarlo para engañar a
gente que sufre una enfermedad tan terrible? No comí, no dormí y lo pasé mal
durante unos días.
Después me tranquilicé y me lo tomé de otra manera. Me sigue
afectando, claro, pero ahora lo persigo más relajado. Hasta he pensado en
incluirlo en mi currículum de escritor: “Puede leerme en este libro de esta
escritora (sólo los capítulos que no están plagados de faltas de ortografía)”
Bromas aparte, creo que es una gran injusticia. Y uno se
siente muy impotente al no poder hacer nada más que patalear en redes sociales,
mientras la otra parte te bloquea y borra toda prueba.
*Te ha robado una
parte de ti la fundadora de una ONG, Educancer, alguien que supuestamente da
apoyo a los que lo necesitan. ¿Cómo reacciona ante tu queja?
Nada más enterarme de la historia, y de ver que estaba
publicitando la preventa del libro en su perfil personal de Facebook, le mandé
un mensaje interno. Luego encontré la ONG y también le mandé un mensaje. Y fue
todo de lo más surrealista.
La ONG me contestó que era un libro de textos de autores que
no se iba a publicar, que era para leer en reuniones y que estaban pidiendo
permiso por carta a los escritores. Lo que no sabían es que yo ya tenía una
copia digital en mi poder (que un amigo de la autora había subido a Issue), en
la cual se veía que era un relato en primera persona con un 80% plagiado de mi
primer libro y de textos de mi página de facebook (hasta la dedicatoria me
copió). Después me dijo que no, que estaban esperando las cartas de los
autores. Después que ellos eran sólo patrocinadores. Después que tenía razón,
que era una vergüenza y que se desligaban del proyecto. Al día siguiente
cerraron la página de la ONG.
Mientras, la señora Odetth, se dedicaba a bloquearme, a privatizar
todos los posts públicos que tenía en su perfil, a borrar la copia digital de
Issue y, en definitiva, a eliminar toda huella del libro, incluso una foto en
la que salía junto a periodista con la leyenda “Presentación en exclusiva de su
libro”. En definitiva, ni una palabra he podido cruzar con la señora Odetth.
*Reconozco que me
resulta increíble buscar la información y que todo haya sido eliminado. ¿Crees
que su/tu libro saldrá a la venta o todo quedará en un “mal trago”?
Por un momento llegué a creer que estaba eliminando toda
información para controlar las repercusiones, para que no le salpicara el hecho
de haber sido pillada y que, efectivamente, no lo iba a publicar. Pero
recientemente he visto una reseña del mismo en una revista de su ciudad. Si
tengo que fiarme de lo que me dicen, esa entrevista tiene más de un mes y no la
han podido cancelar. Si tengo que fiarme de lo que me dicen, al parecer la
señora Odetth también es una víctima de terceras personas que han actuado sin
su consentimiento. Si tengo que fiarme de lo que me dicen (siempre personas
cercanas a la señora Odetth), soy un tipo deleznable que ha acusado
injustamente a una dama por redes sociales. Pero no me fio de lo que me dicen.
Su cara está en la portada del libro y su nombre firma el contenido. ¿No sabía
nada del plagio? Entonces es que no lo ha escrito ella y sigue siendo un relato
falso por venderse como vivencias de su puño y letra. Sea como sea, es la
última responsable de lo que se hace en su nombre.
La verdad es que no sé cómo acabará todo. Espero que no se
publique, pero no estoy convencido de ello. Lo que sí puedo asegurarte es que
voy a seguir haciendo ruido hasta que alguien me asegure, sin lugar a dudas,
que el libro no va a ver la luz.
Espero que no salga a la venta un libro creado a partir del trabajo de otro. Copiar pegar. Deber haber un límite. ¿No opináis lo mismo que yo?Difundid por favor este despropósito, para que ese libro no vea la luz.
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