"He cogido un nudo fuerte y compacto y lo he dejado reducido a un amasijo de cabos sueltos."
Son las 18.37. Por los altavoces suena Falling de Julee Cruise…
Os dejo un minuto. Abrid Spotify y buscad el tema. Escuchad conmigo… Todos los
de mi generación, cinco años arriba, cinco abajo, recordamos Twin Peaks.
Pongo de fondo ese tema para reseñar porque hoy traigo a mi
rincón Tren Nocturno de Martin Amis. Si con Twin Peaks nos preguntábamos ¿Quién
mató a Laura Palmer? Con Tren Nocturno el lector no deja de preguntarse ¿Quién
mató a Jennifer Rockwell?
Hay que leer a Amis y su tren nocturno con papel y pluma
porque están sus páginas repletas de frases, reflexiones para anotar. Solo por
eso ya merece la pena este libro. ¿Solo por eso?
No, perdonadme, os he mentido. El libro merece ser leído por
su reflexión sobre el suicidio. Martin Amis, con una escritura irónica y
ligera, muy ligera, mezcla en la novela la trama con breves apuntes de ensayo,
sin llegar a mostrarnos un ensayo novelado, pero tampoco una novela negra más.
Sembrar la duda… Eso hace el autor. Pero no la duda de ¿Quién
mató a Jeniffer? ; O no solo esa duda. La duda de la intención de cada
personaje. La duda de las relaciones entre ellos. La duda de los motivos que
nos llevan a cometer ciertos actos, incluso las dudas que nuestras decisiones generan en otros.
Todo esto está contado con la pericia del escritor que sabe
bien lo que hace, que entiende que el ritmo del lector es imprescindible y le
da, en pequeñas y espaciadas dosis lo que quiere, convirtiendo la lectura en un
acto apacible pero continuo… Haciendo que te preguntes quién habrá matado a
Jennifer Rockell y buscando la banda sonora Twin Peaks para ponerla de fondo de
mientras lees.
¿Tuiteamos Tren nocturno?
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