A veces una escoge un libro en ese plan de: algo ligero que no me apetece pensar…  Algo juvenil, que se leen de una sentada… Y entretienen.
Así que abre Las manos de Vera de ediciones Tagus y se encuentra con Alicia Ordiz,  una autora española que está a la altura de las grandes sagas archivendidas en España, entiéndase Sinsajo, Divergente y un largo etc.
En las manos de Vera llegamos a un mundo, distopía a la vista, donde todos los recursos naturales se acaban, pero Rados tiene un mineral capaz de generar toda la energía necesaria. Solo los privilegiados llegan a Rados… un paraíso aislado para seres perfectos.
Solo esta breve introducción ya nos muestra uno de los grandes aciertos del libro; Alicia crea una sociedad que depende de la energía hasta el punto de agotar recursos y depender de un mineral… ¿Os suena? Una gran ciudad donde viven los mejores dotados y desecha a seres defectuosos, incluso a seres normales y corrientes… ¿Os suena? Seres dominados por otros seres que se creen superiores… ¿Os suena?
Granjas de humanos… Parideras… Patrones… Niños superdotados creados con determinadas cargas genéticas… Jóvenes entrenados para cumplir su misión…
Nos muestra esta narración a un ser humano creado lleno de virtudes pero que  están llenos de defectos. De gente manipulada, esclavizada, dominada. Gente a la que le han robado todo… su familia, su carácter, su personalidad.
Pero en todo grupo donde esto sucede, donde alguien quiere imponerse al resto porque sí, surgen los disidentes, esos jóvenes que no se creen nada y tienen ganas de cambiar el mundo acabando con la injusticia. Y son esos jóvenes los que nos llevan a una trepidante parte final donde la ficción viaja paralela a la realidad que nos rodea.
Fue todo un descubrimiento Alicia Ordiz, quien con un lenguaje activo y fluido nos describe  ciudades futuras introduciendo al lector en su pequeño mundo, haciéndonos pensar sobre lo peor de los hombres, sí, pero también sobre lo mejor que poseemos.
Leamos autores españoles. Compremos ficción Made in Spain, porque no tiene nada que envidiar a lo que llega de fuera para nuestros jóvenes.
Me gustaría ver este libro dando el salto hacia el papel, pero mientras eso llega, sólo me queda intentar que funcione la boca oído…
Yo mientras tanto, haré hueco para Andrajos, otra novela de la misma autora.