Una
podría reseñar Aviones sobrevolando un monstruo de Daniel Saldaña sin escribir
reseña. Suena raro, pero es así. Bastaría con compartir tres, cuatro párrafos
de esta obra para que el lector se decidiese a comprarla. Bastaría con abrir
comillas.
“Estoy bastante seguro de que el dios de los
drogadictos en recuperación no existe, como tampoco existen otros dioses, pero
la acción de repetir un gesto o un conjunto de palabras aleatorias poniendo en
ello el cuerpo y la cabeza a veces basta, por sí sola, para reacomodar las
melladas piezas del espíritu y restablecer la ficción más hermosa de la que
somos capaces: la de que existe, a pesar de todo, un orden.”
Es suficiente para saber que este #libro merece
la pena. Y es que su autor, Daniel Saldaña París, tiene una de las prosas más
elegantes del momento. Es delicia leerle. En realidad, la obra es un breve
conjunto de crónicas de las vivencias del escritor en diferentes ciudades, dónde
la ciudad habitada pasa a ser protagonista absoluta, por encima del narrador,
del relato.
Saldaña París nos narra, en un derroche
de honradez, diferentes episodios de su vida. O al menos cree el lector. Porque
esta obra es un juego continuo en el que el lector acaba retirando sus fichas
de tapete. ¿Es realidad o ficción?¡Qué más da! Lo importante es que me
convence. Todavía diría más, me vence. Porque el autor se marca un órdago a la
grande en el terreno narrativo transmitiendo al lector con suma inteligencia
sus viajes, recuerdos, actos, adicciones. Sus errores y sus lecturas. En
definitiva, sus recuerdos.
¿Es algo más que un dialogo consigo
mismo? No lo sé, tampoco me importa. Sí sé que avanzar por estos párrafos es
coger un lápiz y llenar los márgenes de sus páginas. La memoria. Ay, la
memoria, que hace que este escritor reflexione sobre lo que fue mientras tú,
lectora, recuerdas que también estudiaste en Madrid y amaste Bajo el volcán.
Tú y yo y él tenemos algo en común.
Somos todos #lectores. Y Daniel Saldaña, rozando levemente el ensayo, en tan
solo 159 páginas te recomienda muchas lecturas. Algunas que ya has leído, otras
que deseas leer. Y como colofón de esta fiesta literaria, cierra la obra un
artículo periodístico titulado: “Historia secreta de mi biblioteca” en la que
nos narra sus lecturas desde la infancia. ¿Se puede pedir más?
Sí, se puede pedir que nos siga
deleitando con sus palabras porque leer Aviones sobrevolando un monstruo te
hace investigar a su autor y decidir que, a partir de este momento, le vas a
seguir muy de cerca. Dice Saldaña que seguramente el hubiese sido un lector
amateur, de novelas policiales y libros de aventuras si no se hubiese topado a
los doce años con Federico García Lorca, y yo rezo para que mucha gente le lea
a él, y a Lorca, y se conviertan en amantes de la literatura dando un paso más
allá en sus lecturas.
Esta obra ha sido publicada por Anagrama
en su colección Narrativas Hispánicas.
Reseña publicada originariamente en https://es.babelio.com/
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