Déjame que te cuente una historia.
Eso parece decirnos Angela Stol cuando comienza su primer
cuento de tan solo una página...
Déjame que te cuente una historia sobre música. Y tú, le
dejas. Y tras la música vienen los libros y pasamos de la breve narración de La
Piaf a un romántico episodio de amor. Un original relato oculto en los naipes,
uno de lo que más me ha gustado, nos lleva a Egipto y tras el exotismo egipcio
desfilas dos gemelos y hasta una brevísima historia de terror.
Así desgrana la autora una serie de hechos que poco tiene
que ver entre sí, o tal vez mucho. Y es que Ángela trata temas tan diversos como
la venganza, el desamor, la locura, el éxito y el poder. Todo ello en las nueve
narraciones breves que guían al lector hasta la última historia, la que da
título al libro. Y esa historia la que pone el colofón final, el broche de oro.
Da gusto leer hoy en día libros autopublicados con una prosa
correcta, sin errores de estilo ni faltas de ortografía. Da gusto que tras el
libro haya una persona con la que puedas intercambiar unas palabras acerca de
lo que ella ha escrito. Da gusto que alguien escriba cuentos en una época en la
que el género está casi olvidado. Ya solo se leen cuentos de los grandes
autores, y de vez en cuanto conviene leer a los que empiezan, para ver en qué
punto están las letras actuales.
Me quedo con LA NIÑA DEL POZO… Porque a mí me gustan las
historia con un punto de terror.
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