“...contra el libro no valen persecuciones. Ni los ejércitos, ni el oro, ni las llamas pueden contra ellos; porque podéis hacer desaparecer una obra, pero no podéis cortar las cabezas que han aprendido de ella porque son miles, y si son pocas, ignoráis dónde están. Los libros han sido perseguidos por toda clase de Estados por toda clase de religiones, pero eso no significa nada en comparación de lo que han sido amados “