Os juro que no es la primera vez que me pasa. Una vez arrastré
a toda mi familia hasta Colonia, tras leer Mercado de espejismos de Felipe
Benitez Reyes (una divertida historia que nos cuenta el intento de robo de las
reliquias de los Reyes Magos) para ver
la catedral y las susodichas reliquias.
Y Ainille no iba a ser menos. ¿Cómo podía yo haber leído el
monologo de Llamazares y permanecer en mi casa sin visitar ese pueblo hoy
abandonado?
Una ruta preciosa a través de mi pirineo querido. Y, seamos
sinceros, algo dura. Pero la larga caminata valió la pena. Porque ver Ainielle
y sentir a Andrés Sousa de nuevo sobre mi piel fue una experiencia inolvidable.
¿Por qué lees tanto? Me preguntan a veces… Para poder vivir cosas como ésta.
0 comments:
Publicar un comentario