Agosto es buen momento para leer, y es buen momento
para autores indie. Amazon, como cada año, convoca su concurso para aquellos
escritores que prefieren, en un momento dado, la autopublicación.
Navarro avanza a caballo entre ambos mundos, Amazon
y Ediciones B tienen sus novelas. Escritor y policía o policía y escritor… ¿Qué
más da?
Esteban y yo coincidimos mucho en los mundos
literarios y es un placer entrevistarle mientras espero el momento de volver a
hablar con el de literatura frente a otro café. Gracias Esteban.
De momento soy más policía que escritor, porque vivo de ser policía.
-¿Eres
más policía que escritor o más escritor que policía?
Creo
que las dos cosas, ya que ambas actividades se retroalimentan. De momento soy
más policía que escritor, porque vivo de ser policía. Si algún día llego a
vivir de la literatura, entonces te diré lo contrario.
-
Escribes policíaca, principalmente. Pero has cambiado a realismo mágico… ¿te
sientes más cómodo en algún género?
Escribo
policíaca, sí. Pero no he cambiado al realismo mágico, ya que esa novela es
anterior a las otras que he publicado. He sido admirador de Gabo y de Saramago,
y en mis inicios quise (torpemente) emularlos. Ángeles de granito pertenece a
mi época prepolicial. Y en el futuro me gustaría escribir más novelas de ese
estilo.
-En
tus novelas, ¿la ficción supera a la realidad o no siempre?
Hoy
día casi nunca la ficción supera a la realidad. Los que nos desenvolvemos en
ambientes policíacos nos damos cuenta de que casi todo es posible. Es más,
incluso a veces escribimos de cosas reales a las que hay que rebajar el tono
para que sean creíbles.
-¿Philip Marlowe o Hércules Poirot?
Los
dos, por supuesto, pero cada uno en su momento. Me encanta Poirot, más
deductivo y cabal; aunque en la actualidad no tendría cabida. Si a mi comisaría
llegara un Poirot, estoy seguro de que todos los agentes, sobre todo los más
jóvenes, se reirían de él.
-Hay
escritores que necesitan escribir a mano… ¿Eres de los que escribe con papel y
boli?
Escribo
con ordenador, como todos. Pero los apuntes, notas y recuerdos los anoto en un
folio en blanco con estilográfica. Soy un enamorado de las estilográficas.
Se
me ocurre la historia. La imagino en mi cabeza. Y cuando comienzo a escribirla
nunca se parece a nada de lo que he imaginado. Es como si los personajes no
estuvieran conformes con ella y quisieran crear su propia historia, al margen
de lo que yo quiero. Por lo general la novela, una vez concluida, difiere
diametralmente a lo que pensé de ella en un inicio.
-¿Qué
tienen tus investigadores de ti?
Poco,
o casi nada. Ante todo soy un observador. Y lo que hago es fijarme en mis
compañeros de profesión y construir historias extraídas de lo que veo. En lo
único que se parece alguno de mis investigadores, como Moisés Guzmán, es en la
edad.
-
Y ahora al revés, ¿te gustaría a ti tener algo de tus personajes?
Para
serte franco, sí. Pero no te voy a decir el qué.
-Imagina
un Fahrenheit 451, ¿Qué libro salvarías de la quema?
Sin
dudarlo un instante: “El retrato de Dorian Gray”.
-¿Qué
libro tuyo enviarías al espacio?
La
noche de los peones. ¿Por qué? Supongo que me preguntarás. Porque es el libro
más amable que tengo. No me gustaría que si hay vida extraterrestre se lleven
una idea equivocada de nosotros. Me los imagino leyendo “La casa de enfrente” y
pensando que la raza humana somos todos así. Por eso mejor que lean “La noche
de los peones”.
-Para
terminar, ¿Qué eliminarías del mundo, si pudieras?
La
envidia y los envidiosos. No veas lo que jode a los demás el que la tiene.
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2 comentarios:
Buenos días!! Empezamos fuerte, otro autor para conocer, reconocer y disfrutar. Gracias a los dos y encantada Esteban. ¡¡Bienvenida Rita!!
Regresamos con fuerza y alguna novedad Eli! :)
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