Abrir un libro y encontrarse determinados fragmentos te hacen amar al autor desde el minuto uno.
Eso me ha pasado con Thomas Bernhard 
Comparto hoy un fragmento al azar para el deleite de todos...
¿Leemos a Bernhard? 

“Sabemos durante decenios que una persona que nos está próxima es una persona ridícula, pero sólo lo vemos de pronto después de decenios, pensaba en mi sillón de orejas, lo mismo que ahora veo de repente con toda claridad que Auersberger, el llamado seguidor de Webern, es una persona ridícula, y lo mismo que Auersberger, ininterrumpidamente borracho, es a su modo una persona ridícula y probablemente lo ha sido siempre, también su mujer es una persona ridícula y siempre ha sido una persona ridícula. De esas personas ridículas estuviste una vez enamorado, incluso chiflado, me decía ahora en mi sillón de orejas, de esas personas ridículas y bajas y abyectas, que de repente, después de veinte años, te han vuelto a ver por primera vez y precisamente en el Graben y precisamente el día en que Joana se ha matado, y te han dirigido la palabra y te han invitado a la Gentzgasse a su cena artística con el famoso actor del Burg. Qué personas más ridículas y bajas, pensaba sentado en mi sillón de orejas e, inmediatamente después, qué persona más baja y ridícula soy yo mismo, que he aceptado su invitación y, sin avergonzarme lo más mínimo como si nada hubiera ocurrido, me he sentado en su sillón de orejas de la Gentzgasse, he estirado totalmente y cruzado las piernas y, sin duda, he apurado ya la tercera o la cuarta copa de champaña, y pensaba que yo mismo era mucho más bajo y abyecto aún que aquellos Auersberger que con su invitación, que tú has aceptado, me habían engañado"

Tala
Thomas Bernhard