ReseñaLibroCondeMontecristo



Pocos placeres existen que el de sumergirse en los clásicos, porque los clásicos esconden gran parte de la grandeza de la literatura.
Prestadme atención, fervientes lectores, que os voy a recomendar una novela, que pese a ser extensa, hará las delicias de todos los que la lean.
Si hablamos de grandeza dentro de la literatura, tenemos que hablar de El conde de Montecristo, de Alexandre Dumas.

La nobleza de esta obra no está no está en la calidad de su prosa, que la tiene, ni en la presentación impecable que el autor hace de sus personajes, favoreciendo en todo momento una lectura fluida por parte del lector. Tampoco está su brillantez en la creación de un ritmo perfecto por parte del escritor, que crea en ti, ávido lector, la necesidad de seguir leyendo solo un capítulo más, y «OH DIOS MÍO SON LAS 2 PM»… La verdadera grandeza de este libro se esconde en la lenta planificación de la venganza perfecta.


Pocas obras reflejan la idea de la venganza de una forma tan natural, recordemos Moby Dick, con su venganza obsesiva… Podremos recordar obras y obras y obras que nos relaten la venganza como hilo conductor de la trama, pero ninguna de ellas creo que llegue a la altura de la venganza de Dantes.




Porque Dumas nos  sirve su venganza bien fría y en bandeja de plata, para deleite de todo lector. La adereza con un ritmo creciente, una crítica casi satírica de la sociedad, cierto toque de frivolidad y un puntito novelesco que hace que esta novela de más de 1200 páginas se convierta en un entretenimiento perfecto.
Nuestro protagonista, en un nuevo acierto del autor, empieza siendo un agonizante Dantes y acaba convertido en un ser casi vampírico, el adorado Conde de Montecristo, que conquista a todos los que se le acercan, incluido a ti querido lector.






Pero no solo la dulce venganza que Dumas idea es grande en esta obra, tachada por la mayoría de folletín novelesco, permitidme discrepar en voz alta, casi a gritos, de esta etiqueta, ya que El Conde Montecristo es, además, la evolución física y psíquica de un personaje, que com9 el mismo dice, deseó la muerte para luego ansiar vivir.
Dumas es un maestro a la hora de definir personajes y escenarios. El lector está ahí, viendo una película que existe pero nunca vio. Dumas transporta, crea, reproduce rasgos y personalidades de cada uno de los habitantes de sus obras. Y lo hace tan bien que el modo de vida, la sociedad, acaban siendo un personaje más de las novelas.

ReseñaLibroCondeMontecristo


Y Montecristo no iba a ser menos… Sorprenderá al lector su paralelismo, recordemos que han pasado más de 170años desde que fue terminado, con la sociedad actual. El poder de los bancos, del sistema político, la justicia tan injusta, dominada como siempre por agentes externos, y el “poderoso caballero es don dinero” quedan reflejados de manera nítida bajo la pluma de Dumas… ¿Alguien duda?

Vamos a sumergirnos en la fascínate vida de Edmundo Dantes, toca devorar un clásico.

4 comments:

Juan Carlos dijo...

Fabulosa recomendación, Rita. Su larga wxteextenmw echa para atraspero los asuntos y la personalidad del heroe, conocido aún sin haberlo leído, me atraen de un modo bárbaro.
Un beso

RitaPiedrafita dijo...

Es una novela larga que se lee bien, porque acaba enganchando :)

Paseando entre páginas dijo...

Idò, me alegro de que te haya gustado tanto. Me llama la atención, sin duda, lo único es que temo que sean demasiadas descripciones, como es tan extenso...

Anónimo dijo...

Esta obra es muy buena porque te enseña mucho porque la vida está está llena de cosas malas e incertidumbres y cosas buenas y bendiciones y a la larga la justicia siempre llega