-¿y a tu madre no la quieres?
-bueno, a mi madre…
-y a vera, a tu hermana
-supongo… ocasionalmente
-¿y a mí?

-a ti no sé, pero me has…-y le iba a explicar que me había zarandeado tan violentamente, me sentía tan irremediablemente sofía, tan vivo en ella, que me llevaría algún tiempo desmenuzar estos sentimientos, analizarlos con cierta serenidad, precisarlos. en definitiva, introspreccionarme… y… le iba a explicar todas estas cosas y de repente, un frío muy intenso ¿no? intensísimo se apoderó de mí, en serio, temblaba de pies a cabeza, y apenas podía articular palabra de lo que tiritaba- sofía… avisa a mi madre… espera… el pijama…-que no quería que mi madre me encontrase desudo. y sofía me ayudo con el pijama y un jersey, y una manta que había en el armario, y se fue corriendo a avisar a mi madre. y al momento subió vera medio rezongando- a ver qué le pasa ahora a este trasto… 

























(